viernes, 13 de agosto de 2010

Correr con los ojos vendados




- Señor Bauer, ¿está usted seguro de que quiere borrar a Sophie de la BDM?
- Si Katharina, estoy seguro.
- Yo en su lugar...
- Tú en tu lugar respetarías mi decisión...lo quieras o no.


- ¿Algún problema Katharina?
- No, señora Müller.
- ¿A que debo su asistencia señor Bauer?
- Verá, mi hija va a pasar este verano con su abuela, en Randegg, así que mi hija no podrá asistir a ninguno de los eventos de la BDM.
- Sabe usted que allí también tiene la oportunidad de participar en las actividades de la BDM ¿verdad?
- Si, pero...verá mi madre es ya muy mayor, entiéndalo usted. Mando a mi hija para cuidar de ella durante el verano, y si tiene que acudir a las actividades, no sé. De todas formas...esté usted tranquila señora Müller, en cuanto acabe el verano...
- ¿Sabe la oportunidad de la que esta privando a su hija?
- Sophie ha aprendido a cocinar gracias a la BDM. Lo cual es útil a la hora de cuidar de mi madre, ha aprendido mucho gracias a ustedes. Pero una temporada de descanso no le vendría mal.
- Su hija quedaría privada también de las competiciones deportivas.
- Se puede correr en cualquier sitio.
- Lo que usted desee, señor Bauer. Pero...¿Qué me dice del pequeño Franz? Ya es bastante mayorcito para entrar en las Hitlerjugend...¿quiere usted que...
- ¡No!...El chico entrará cuando él quiera. ¿No es tan bueno nuestro führer repartiendo patriotismo? Cuando a mi hijo le invada el espíritu germano, acudirá. No antes.



- ¡Abuela!
- Sophie. Cómo has crecido. Estás guapísima. ¿Dónde has dejado el uniforme?
- Papá me borró de la BDM.
- ...¿Y a ti te parece bien?
- No me importa demasiado.
- ¿Y cómo lo consiguió?
- Dijo que tenía que cuidarte, que eras mayor y estabas delicada. Que no podías valerte por ti misma.
- Entonces tendré que dejar la construcción de la caseta del jardín ¿no crees? Una anciana como yo, tan delicada, no debería jugársela con la sierra, los clavos y el martillo ¿no?
- ¡jajaja!
- Dice que anciana. ¿Tu padre qué se ha creído? Se va a enterar. Y con el atletismo ¿que harás?
- Papá les dijo que podría correr en cualquier lugar.
- Éso es cierto. Pero no en todos los lugares a la gente le gusta que corras. Llegará un momento en que chocarás con algo, Sophie. Con los ojos vendados no se puede correr.
- Yo no corro con los ojos vendados.
- No Sophie. Tú eres precisamente de los que corren con los ojos bien abiertos. Pero ten cuidado, puede que seas la única.



- ¿Puedo correr por este camino abuela?
- Ten cuidado Sophie, o llegarás a Suiza.

1 comentario:

  1. http://www.lasegundaguerra.com/viewtopic.php?f=4&t=5070&start=0
    Mira las fotos.

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